Cuando la mayoría pensamos en saunas, nos vienen a la mente personas sudando en una habitación con paneles de madera llena de vapor y muy, muy caliente. De hecho, las saunas tradicionales suelen ser extremadamente calientes, algunas mantienen el calor seco y otras empapan la fuente de calor con agua, creando vapor.
Los calentadores de las saunas infrarrojas, por su parte, emiten longitudes de onda infrarrojas largas que penetran profundamente en la piel calentando el cuerpo sin necesidad de calentar el aire circundante. Esencialmente, una sauna de infrarrojos transmite todos los beneficios del sol sin los dañinos rayos UVA y UVB.
Pero, lo más importante es que el calor de una sauna de infrarrojo lejano tiene una penetración corporal de hasta 1,8 pulgadas, mientras que las saunas tradicionales solo penetran alrededor de 1/8 de pulgada. Esto puede resultar en una serie de posibles beneficios para la salud, cinco de los cuales se describen aquí.
Mejora de la salud cardiovascular
Por sorprendente que parezca, la terapia de calor en una sauna de infrarrojos incluso mejora el acondicionamiento cardiovascular al aumentar la frecuencia cardíaca a medida que el cuerpo intenta enfriarse a través del sudor. Este mismo ejercicio cardiovascular también quema calorías. Una sola sesión de sauna de infrarrojos puede quemar el equivalente en calorías de correr de dos a tres millas.
Participar en una sauna de infrarrojos hace que los vasos sanguíneos periféricos se dilaten, lo que a su vez hace que su corazón trabaje más. El flujo sanguíneo durante la hipertermia puede ser de hasta 13 litros/ minuto en lugar de 5 a 7 litros por minuto en reposo. Este “efecto de entrenamiento” puede tener un impacto positivo en la presión arterial alta y aumentar el flujo sanguíneo.
Ayuda a la pérdida de peso
Cuando hace calor, tu cuerpo trabaja duro sudando para mantener su temperatura central. En otras palabras, pierdes peso cuando sudas. En una sauna de infrarrojos puedes quemar hasta 600 calorías en una sesión de 30 minutos. Hay muchas razones para tener una sauna, pero la pérdida de peso es una ventaja adicional.
Desintoxicación
A través del aire que respiramos, el entorno en el que vivimos y los alimentos que comemos, nuestros cuerpos acumulan y almacenan una gran cantidad de sustancias químicas y toxinas. Debido a que las saunas de infrarrojos tienen una penetración tan profunda, pueden ayudar a desintoxicar el cuerpo, tanto a nivel celular como a través de la piel. Este tipo de desintoxicación ayuda a eliminar toxinas como el mercurio, el plomo, el alcohol, la nicotina, el sodio y el colesterol.
Alivio del dolor
Los infrarrojos lejanos penetran tan profundamente en el cuerpo que pueden marcar una diferencia real cuando se trata de aliviar el dolor. Cuando los tejidos se calientan y los vasos sanguíneos se dilatan? El resultado es una reducción de los espasmos musculares, rigidez en las articulaciones y dolores y molestias generales de enfermedades como la fibromialgia y la artritis. Aquellos que sufren de artritis, fibromialgia, espasmos musculares y otras condiciones de dolor crónico a menudo encuentran que el dolor se alivia con sesiones regulares de sauna de infrarrojos.
Efecto Antienvejecimiento
Aunque nuestra piel es nuestro órgano más grande, también puede ser nuestro mayor enemigo cuando se trata del envejecimiento. Años de daño solar, junto con la acumulación de suciedad y toxinas, pueden hacernos parecer viejos antes de tiempo. El calor profundo de las saunas de infrarrojos induce la sudoración, que es una forma natural de limpiar la piel, y ayuda a que la sangre fluya, lo que aporta nutrientes a la piel. Además, las saunas de infrarrojos lejanos restauran la elasticidad de los ligamentos y tejidos, incluido el tejido de la piel, lo que ayuda a que nos sintamos y nos veamos más jóvenes.
Por todo esto, una vez que tengas tu sauna de infrarrojos, siéntate, relájate y disfruta de todos sus beneficios para la salud y la relajación.